Recordando a ARCHIE

 

Aun lo puedo ver ahí, un hombre Asiático, sereno y solitario caminando las playas del Mar de Cortez con su caña de pescar en una mano y su wok en la otra. Mi esposo estaba viviendo su sueño. Meses antes en el verano de 1976, Archie había decidido dejar su puesto como Chef en el exclusivo San Ysidro Ranch en Santa Bárbara, California. Empacó sus tesoros más preciados en su Dodge van: su esposa, su hijo e hija, su equipo de pesca y sus utensilios de cocina favoritos, empezando por su wok. Y así nuestra familia se encaminó hacia el sur bajo los soleados cielos de México en un viaje de exploración “para ver como vivía el resto del mundo.”

A mediados del verano cruzamos el Mar de Cortez en el ferry desde la Baja California hacia tierra dentro en México, viajando hasta llegar al pequeño puerto de pescadores llamado Puerto Vallarta. En aquel entonces no era más que un pueblo pintoresco que apenas se vislumbraba el futuro destino turístico altamente cotizado en el que se convertiría. La vida de la comunidad se centraba alrededor de la plaza cerca de la cárcel municipal, en donde ahora se ubica la Presidencia. El Malecón era una hilera de ferreterías y tiendas que proveían de productos secos para la industria local pesquera y agrícola, que eran propiedad de familias locales, y uno o dos restaurantes a lo largo de este. Había muy pocos vehículos, no había señalamientos de tráfico y los teléfonos eran un lujo, aunque las noticias volaban rápidamente a través de la comunidad estrechamente unida.

Decidimos quedarnos durante la impredecible temporada de lluvias, y nos aventuramos en un barco hacia Quimixto, una aldea pequeña de alrededor de 15 familias, donde tuvimos la oportunidad de rentar una casita a la orilla del mar. Ahí Archie recolectaba diariamente delicias inusuales del mar y su talento culinario lo dedicaba a la preparación de estas en maneras apetitosas con tan solo una limitada variedad de ingredientes. No había mercados, y la mayoría de los ingredientes de cocina provenían de nuestro propio jardín y de plantas comestibles de la selva. Ocasionalmente en viajes a Vallarta nos surtíamos de ingredientes que empleaba la gente local, los cuales eran muy limitados, como el ajo, cebolla, jitomate, cilantro y una extensa variedad de chiles.

Una calurosa mañana una pequeña embarcación arribo a la playa transportando otra familia de “extranjeros” los VonRohrs, quienes habían hecho su hogar en la playa de Majahuitas. Nuestro gusto por la aventura pronto nos uniría en una amistad de por vida. Archie estaba especialmente atraído por su cosecha tan extensa de hortalizas. Las dos pinturas de Cathy Von Rohr, “El Camino de John”, y “Las Cascadas de Quimixto”, exhibidas en el Restaurante Archie’s Wok, evocan la nostalgia de aquellos tiempos.

Archieswok History Puerto Vallarta Restaurant

El Sr. VonRohr estaba supervisando la construcción en Las Caletas, es una playa de aguas cristalinas entre Quimixto y Majahuitas, la cual se convertiría en la casa de campo del Director de Cine John Huston. El Sr. Huston necesitaría eventualmente un chef y el Sr. VonRohr ideó un encuentro perfecto para presentarle a Archie. John entonces le pidió a Archie que preparara un banquete para una de sus partidas de póker las cuales se llevaban a cabo en la casa de Elizabeth Taylor en la colonia de Gringo Gulch. Esto dió pie posteriormente a que pronto Archie se convirtiera en el Chef de Las Caletas. Ahí en esa remota caleta donde el mar baña de sal la selva, Archie preparaba la mesa para todo un espectro de la humanidad entretenida por el Sr. Huston, como el indígena ocasional que le traía un ocelote o un coati de la sierra; grandes figuras como Lola Beltrán la Grande, Gabriel Figueroa; su familia ecléctica; amigos de Hollywood y colaboradores de filmación; cineastas Mexicanos; productores de vino Franceses; y la nobleza Inglesa.

Al final del día Archie descansaba en su hamaca en nuestra nueva casa de palapa en lo alto de la colina en Quimixto mientras el sol se ponía a lo lejos sobre la Bahía de Banderas; y un nuevo sueno estaba por surgir, con aromas de su cocina Asiática favorita. A mediados de los 80’s por razones de salud John se vió obligado a pasar cada vez menos tiempo en Las Caletas y eventualmente terminó por regresar permanentemente a los Estados Unidos. Fue entonces cuando Archie, inspirado en su nuevo sueño, encontró un local cercano a la playa en la Zona Romántica y en el año de 1986 abrimos las puertas de Archie’s Wok, un merendero pequeño de comida oriental, uno más del puñado de restaurantes que son manejados por extranjeros. Era bastante nuevo servir una fusión de comidas asiáticas en lo que entonces era un barrio tranquilo y poco sofisticado, pero Archie siempre dijo que las lecciones más valiosas se aprendían “en la escuela de la vida.”

Pronto nos llegaron las lecciones de todo tipo, pero la más seria ocurrió cuando Archie falleció en Abril de 1993. De pronto nos sentimos arrojados a un futuro incierto en el cual Archie no participaría esta vez. ¿O quizás si? Creo que los aromas lo atraen ocasionalmente para observar y supervisar. Su gracia con el cuchillo se muestra mágicamente en la mano de su hijo Sergio. Su cálida hospitalidad se siente con la reluciente sonrisa de su hija Kiyoki. Su filosofía de negocio tan sencillo: “recuerde, Archie’s Wok es un restaurante familiar, y el mundo entero es nuestra familia.”

 

 

Gracias Archie por guiarnos en nuestra evolución.

 

Escrito por John Huston a Archie en Playa Caletas, 1981